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El apoyo público a la banca ética

La crisis financiera de 2007 generó, de rebote, mucho interés de la sociedad hacia las finanzas éticas. Pero… ¿qué hace la administración?

Las finanzas y la res publica

Algunos episodios, como la crisis financiera asiática en 1997, o la de Argentina en 2001 (escenificada por el “corralito”) recibieron un cierto interés mediático. Pero son casos que ocurren a una cierta distancia: problemas que les pasan a otros, en territorios lejanos.

Sin embargo, a partir de 2007, esta percepción cambia dramáticamente. La crisis originada por las hipotecas subprime de EUA, con todos los impactos en cadena posteriores y el estallido social que sigue (incluyendo el movimiento 15M y los nuevos partidos políticos), pone el foco de atención en la irresponsabilidad del sector financiero. Si bien en la arena de la regulación no ha habido, ni mucho menos, una “reforma del capitalismo” – famosas palabras del expresidente francés Nicolas Sarkozy en 2008-, sí que ha habido un creciente interés ciudadano y político por introducir la ética en la actividad financiera.

Más allá de la publicidad y campañas de relaciones públicas de la empresa capitalista en general y de la banca convencional en particular, ¿qué encontramos? De manera más discreta, pero con los pies en la tierra, los bancos, cooperativas de crédito o aseguradoras que forman parte del ecosistema de finanzas éticas han ido ganando apoyos y visibilidad, tanto para los actores privados (consumidores y empresas) como para las administraciones públicas. Centrándonos en los poderes públicos: ¿Qué políticas de apoyo a las finanzas éticas se han dado en los últimos años y qué potencialidades hay? Veamos algunos ejemplos.

Visibilizar, acompañar y promover las finanzas éticas ante la ciudadanía y las empresas

Los programas públicos de impulso de la ESS o el consumo responsable, así como las líneas de subvenciones en el ámbito de la cooperación internacional o la lucha contra la exclusión social, son aliados naturales para hacer sensibilización sobre la necesidad de las finanzas éticas. Podemos encontrar medidas de apoyo como:

– Líneas específicas de subvenciones a proyectos de comunicación, sensibilización y difusión de las finanzas éticas. El objetivo principal es dar a conocer el ecosistema de finanzas éticas, así como sensibilizar a la ciudadanía sobre un uso responsable, transformador y cooperativo del dinero.

– Financiación u organización de jornadas y actos de dinamización del sector. Por ejemplo, la jornada internacional “Fem banca amb valors” impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona y la GABV (Alianza Global para una Banca con Valores) en 2017, o la Jornada Internacional de Finanzas Cooperativas Financoop impulsada también en 2017 por 17 entidades públicas y privadas catalanas. En ambos casos se trata de encuentros de entidades bancarias, cooperativas y otras empresas de la ESS, PYMES y representantes de las administraciones públicas, para compartir reflexiones, experiencias de éxito o de colaboración en el ámbito de la financiación ética y cooperativa.

Declaraciones institucionales: la importancia de visibilizar

En el ámbito europeo, una de las primeras declaraciones relevantes es la Resolución 263 y la Recomendación 244 (ambas del 2008) del Consejo de Europa que, bajo el título de Consumo responsable y Finanzas Solidarias, instaban a los gobiernos regionales y locales a introducir aspectos de consumo responsable y finanzas solidarias en sus políticas para fomentar la cohesión social. Otro ejemplo, a nivel del estado español, seria cuando en 2010 el Parlamento Vasco aprobó una enmienda por la cual se instaba al gobierno vasco y el resto de instituciones a impulsar las finanzas éticas en Euskadi: por ejemplo, “estableciendo convenios con las entidades del sector, usando sus servicios financieros o estableciendo mecanismos para favorecer el adelanto de subvenciones a entidades sociales”. En 2010 también se apoyó explícitamente al proyecto Fiare en la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento de Navarra.

la mera visibilización de este apoyo puede generar un buen punto de partida para futuras alianzas

Si bien estos ejemplos son declaraciones de intenciones sin presupuesto asociado, la mera visibilización de este apoyo puede generar un buen punto de partida para futuras alianzas. Por ejemplo, siguiendo el caso vasco, a partir de 2015 empiezan a darse colaboraciones entre varios ayuntamientos y las asociaciones locales de Fiare que, como mínimo, ya tenían un recorrido político previo que las respaldaba.

Convenios para impulsar los microcréditos: contra la exclusión social y para generar ocupación en la economía social

La década del 2010 empezó un progresivo acercamiento de los gobiernos locales y regionales a la banca ética. Un ejemplo lo encontramos en Hernani (Guipúzcoa) donde el ayuntamiento estableció el 2015 un acuerdo con la asociación Fiare local, creando un fondo de 30.000 € destinado a microcréditos para personas en riesgo de exclusión. En la actualidad, el fondo llega a los 45.000 € de dotación, participan Stop Deshaucios y SOS Racismo en el marco del programa Hernani Solidaria. A partir de esta primera iniciativa vasca, se han desarrollado programas similares a los ayuntamientos guipuzcoanos de Andoain y Ordizia.

Un caso pionero tuvo lugar en Valladolid: en 2012, se generó un fondo de gestión parecido al caso anterior (capital aportado por el ayuntamiento y gestionado por la asociación Fiare local): en este caso, el objetivo era apoyar a proyectos de emprendimiento social y autoempleo de personas en riesgo de exclusión económica y social. Renovado en 2016 y denominado ahora Fondo para el emprendimiento social en Valladolid (FONDESVA), tiene una dotación de 100.000 € y condiciones favorables para estos microcréditos productivos (carencia 6 meses, intereses mínimos). Adicionalmente, el mismo año 2012 se firmó un acuerdo similar con la diputación vallisoletana, con una dotación de 50.000 €, para proyectos en municipios de menos de 20.000 habitantes.

Mejorando el circuito financiero del cooperativismo y la Economía Social y Solidaria

En los años posteriores al estallido de la crisis (2011-2013), con la necesidad acuciante de crear empleo y el “grifo” del crédito convencional cerrado, varios ayuntamientos catalanes establecieron convenios con Coop57 para buscar fórmulas de financiar proyectos de alto valor social: los ayuntamientos de Arbúcies, La Llagosta o Molins de Rei establecieron con Coop57 fórmulas de cooperación interesantes: cesión de espacios municipales para realizar asesoramiento financiero de proyectos cooperativos, la promoción de la fórmula de avales mancomunados, o la sensibilización sobre finanzas éticas en la población y centros de enseñanza. Un ejemplo de cooperación público-privada en el desarrollo de políticas de apoyo a la ESS, donde el sector público aporta recursos y el sector cooperativo la experiencia acumulada.

Dentro de las nuevas políticas municipales más recientes de apoyo a la economía solidaria, el cooperativismo y el consumo responsable surgidas en el ciclo político municipal 2015-2019, encontramos iniciativas interesantes: por ejemplo, los fondos de garantía de préstamos. Uno de los principales escollos a la hora de aprobar un préstamo es valorar el riesgo que comporta la operación y establecer mecanismos de garantía de retorno del capital en caso de morosidad. En este sentido, la política pública que se ha desarrollado en los últimos años son las aportaciones públicas a fondos de garantía: en este caso, el fondo no se constituye como capital para realizar préstamos (como en los casos mencionados de Euskadi y Valladolid) sino para cubrir la posible morosidad de un préstamo.

La idea es poder dar cobertura a proyectos que presenten un perfil de riesgo más elevado

Es el caso del ayuntamiento de Barcelona, que ha hecho dos aportaciones a fondos de garantía acordados en sendos convenios en 2017 con Coop57 y Fiare/Fundación Finanzas Éticas. Cada uno de estos fondos recibió una aportación municipal de 100.000 € y otros tantos de las entidades bancarias. Las entidades, por su parte, se comprometieron a poner a disposición 1 millón de euros de capital cada una para financiar proyectos de ESS en la ciudad de Barcelona. La idea es poder dar cobertura a proyectos que presenten un perfil de riesgo más elevado, por ejemplo, por tratarse de iniciativas que están naciendo. Un acuerdo similar lo encontramos en Mataró, donde el ayuntamiento, Coop57 y la Fundación Seira (de la Federación de cooperativas de trabajo de Cataluña) crearon un fondo de garantía de 30.000 € para poder financiar proyectos en este municipio a través de Coop57. El resultado, en ambos casos: poder dar servicios financieros a iniciativas de ESS, gracias a compartir el riesgo de la operación, que de otra manera tendrían más difícil encontrar financiación.

Otra iniciativa municipal, esta vez en Madrid y en el marco de estas nuevas políticas municipales: el ayuntamiento madrileño se comprometió en 2017 a facilitar el acceso al crédito y la capitalización de las empresas de economía social, dos de los desafíos financieros más comunes de las cooperativas (y en general de las PYMES). Para esto, originó un programa de subvenciones con dos objetivos: primero, aligerar los costes financieros asociados a los préstamos a estas entidades, y segundo, promover la capitalización de las cooperativas y sociedades laborales. Para vehicular este programa, firmó convenio con 5 entidades: Triodos Bank, Coop57, Fiare Banca Ética, Laboral Kutxa y Elkargi SGR.

Finalmente, hay que mencionar, en el ámbito europeo, el Programa de la UE para el Empleo y la Innovación Social (EaSI). Dotado con 919 millones de euros en el período 2014-2020, consta, entre diversas medidas, de un programa de garantías de préstamos para el emprendimiento social (similar, por tanto, a los casos de Barcelona y Mataró) en colaboración con entidades financieras. En España participan, entre otros, Triodos Bank, Caja de Ahorros de Pollença o Laboral Kutxa. Aunque no es un programa pensado en exclusiva para las finanzas éticas, sí que se trata de un programa que puede favorecer su desarrollo, dada la conexión que mantienen con proyectos de economía social, cooperativa y solidaria.

Contenido extraído del Cuaderno 58: Finanzas éticas. Si quieres leer el artículo entero o descargarte el cuaderno, hazlo aquí.

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