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Consumir sin comprar. ¡Claro que es posible!

Compartir, alquilar, intercambiar, prestarnos cosas, recuperar desperdicios... Podemos consumir sin comprar de mil maneras.

Las alternativas para consumir sin comprar se fundamentan en la ayuda, la cooperación, la interacción entre personas, ya sea directamente o usando internet como vehículo. La ayuda mutua es, hoy igual que a lo largo de nuestra historia milenaria, una manera eficaz y eficiente de resolver muchas necesidades.

Además tiene otra característica igual de importante: nos proporciona oportunidades para relacionarnos con personas y nos hace sentir que formamos parte de una comunidad que nos cobija, nos reconforta y nos fortalece. Una comunidad que es un terreno donde nacen y crecen el compañerismo y los vínculos emocionales. Estas necesidades humanas, poco menos básicas que la comida, están muy desatendidas en el mundo individualista modelado por la sociedad de consumo.

Podemos agrupar las alternativas para consumir sin comprar alrededor de tres grandes ideas: usar algo sin tener que poseerlo, redistribuir o hacer circular los bienes entre personas y transformar objetos ya inútiles en bienes útiles otra vez. Son posibilidades que podemos explorar después de reflexionar sobre cómo consumir menos, y antes de ir a comprar con criterio.

 

Acceder al uso

La pregunta a hacernos es:

¿Alguien me lo puede facilitar temporalmente?

Es la opción más idónea para obtener cosas que tenemos que usar solo durante un cierto tiempo, o incluso en una sola ocasión. Si evitamos comprarlas ahorramos dinero, espacio en casa y derroche.

Aquí ponemos tres estrategias para llevarlo a la práctica, y unas cuantas ideas dentro de cada una. ¡Pero se nos pueden ocurrir más!

Poner bienes a disposición de muchas personas:

  • En las bibliotecas no solo hay libros, revistas y diarios que podemos usar todos; también hay películas, música e internet. Además, las personas que las atienen han recibido formación para dar respuesta a las consultas que les hagamos.
  • Las ludotecas son “las bibliotecas de los juguetes”.
  • Para desplazarnos tenemos el transporte público (incluyendo los sistemas de bicicletas públicas donde los haya), compartir trayectos o compartir vehículo.
  • Alojamientos compartidos gratuitamente o a cambio de ayuda.
  • Espacios de cotrabajo.
  • Huertos públicos comunitarios.
  • Equipamientos colectivos: caldera o lavadora en el edificio, por ejemplo.

Prestarnos las cosas:

Alquilar objetos que necesitamos puntualmente:

  • Vajilla y menaje para una fiesta.
  • Trajes de vestir, disfraces.
  • Herramientas, máquinas, aparatos, enseres.
  • Equipación deportiva o de excursión.

 

Intercambiar y redistribuir

La pregunta a hacernos es:

¿Nos lo podemos pasar entre nosotros?

Si ya no usaremos más algo que está en buen estado, hagámoslo llegar a alguien a quien pueda dar servicio. También podemos hacer circular gratuitamente entre nosotros conocimientos y habilidades. Es una componente clave de lo que últimamente está tomando protagonismo bajo la denominación economía circular.

Unas cuantas ideas:

  • Mercados de intercambio, redes de intercambio a través de correo electrónico, webs de trueque.
  • Intercambio de casas para estancias cortas, o incluso de forma permanente.
  • Día para bajar a la calle muebles y trastos.
  • Redistribuir equipos informáticos entre personas o entidades.
  • Bancos del tiempo, intercambio de conocimientos.
  • Tiendas gratis.
  • Bookcrossing.
  • Sistemas de moneda social.

 

Recuperar desperdicios

La pregunta a hacernos es:

Esto que está para tirar, ¿podría servir para algo distinto?

Se trata de dejar volar la creatividad, que no tiene límites, y de entrenar nuestras habilidades manuales y decorativas. En internet se pueden encontrar miles de ideas.

  • Las botellas de plástico se pueden convertir en botes, cajas, lámparas, macetas o abrevaderos o platos para los pájaros.
  • El cartón resistente, en cajas, juguetes, cajoncitos, posarevistas…
  • Si guardamos limones ya exprimidos en el congelador, los podremos poner en jarras de agua obteniendo una bebida refrescante. O los podremos rayar y poner en determinados platos.
  • Las hueveras de cartón pueden ser germinadores de plantel, que podremos plantar en la tierra con la huevera incluida. O pueden insonorizar habitaciones.
  • Con palés en desuso, ideas y algo de destreza podemos hacer muebles.
  • Todos los aparatos eléctricos o electrónicos averiados irreparablemente son un excelente yacimiento de piezas útiles para nuevos aparatos.

Este artículo es posible gracias a personas que colaboran con OPCIONS

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