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Juguetes sexuales: saquémosle jugo al juego… ¡y a la imaginación!

La imaginación puede hacer de muchos objetos cotidianos buenas alternativas a los juguetes sexuales que encontramos en una tienda erótica. Son productos que a menudo no salen del cajón ni una vez al año y que a veces son caros. En cambio, tenemos la opción de recurrir a cuerdas o trozos de ropa vieja para hacer antifaces o inmovilizar a nuestra pareja; podemos aprovechar algún objeto doméstico con el que golpear o acariciar, y provocar sensaciones poco habituales, o experimentar con los muchos olores y sabores de nuestra cocina, con los que podemos excitar los sentidos de la persona con quien jugamos.

En cuanto a los juguetes a la venta, la variedad es amplísima. Nos centraremos en los más habituales, los dildos, más conocidos por el (desafortunado) nombre de «consoladores». Desafortunado porque, como explican poéticamente en el recomendable manifiesto de Dildoit, los dildos «son prótesis, son suma, nunca carencia», mientras la palabra «consolador» hace pensar en el limitante significado de «un sucedáneo» ante la falta de un pene. La mayoría de juguetes se fabrican en China, por lo que vale la pena conocer alternativas con menor huella ecológica y un impacto social positivo. A continuación presentamos algunas.

Materiales: silicona, la mejor opción para los juguetes sexuales

Especialmente para los juguetes de uso interno, la silicona es el mejor material. Es también el más caro, especialmente si el juguete es 100% silicona “de calidad médica”, para no provocar irritaciones ni alergias, y no afectar a la flora vaginal ni anal. Además de para copas menstruales y juguetes sexuales, se utiliza para usos internos como implantes, catéteres o válvulas de corazón.

La silicona se fabrica a partir de silicio, mineral no contaminante y abundante (el segundo más abundante en la corteza terrestre). Así pues, solo resultan más interesantes ambientalmente los juguetes sexuales hechos con materias primas de origen vegetal, ya que son renovables (los minerales no lo son).

El látex, del que hemos hablado en nuestros artículos sobre preservativos, es más alergénico que la silicona, y menos higiénico. Al ser más poroso, absorbe olores, alberga bacterias y es más difícil de limpiar.

materiales más baratos, como el PVC o la gelatina sintética, son poco recomendables por sus riesgos para la salud y el medio ambiente. La gelatina sintética, llamada jelly en inglés, es reconocible por el fuerte olor a plástico y/o disolvente que desprende. Está compuesta de PVC y ftalatos, unos aditivos que se añaden a los plásticos para incrementar su flexibilidad, muy usados con el PCV .

Para evitar ingredientes especialmente controvertidos como los ftalatos o el bisfenol-A  conviene buscar en el envase indicativos como “libre de ftalatos y/o de bisfenol-A (BPA)”, que muchos juguetes ya incluyen, y optar por productos de calidad y tiendas de confianza.

En cuanto a los tintes, Mooncup (empresa referencial en el ámbito de las copas menstruales por su especial cuidado de los aspectos de salud y medioambientales) explica que, ante la duda, prefiere no usarlos, aunque un juguete no pasa tanto tiempo dentro de la vagina como una copa menstrual, y la estética puede ser un ingrediente más importante en un objeto con finalidad erótica que en una copa menstrual.

Ante la duda, tanto sobre la salubridad del material con el que está elaborado un juguete, como ante su estado higiénico o usos anteriores (para prevenir infecciones de transmisión genital), es una buena idea usarlos con preservativo.

Pilas y baterías

Aunque no es el único criterio a tener en cuenta, los juguetes “sin motor” son la opción más sostenible, como explicábamos en los monográficos de Opcions dedicados a los juguetes y a las
pilas y baterías.

Si optamos por juguetes sexuales eléctricos, los que van a pilas son una opción más interesante. Pero solo si usamos pilas recargables, que han de ser “ ”, debido al uso normalmente esporádico y poco predecible de los juguetes. Las pilas recargables y su cargador pueden usarse en otros aparatos cuando no estemos usando el juguete o cuando este se estropee, cosa que no sucede con las baterías, normalmente específicas para cada aparato. Una excepción serían las pilas botón, a evitar especialmente ya que no existen alternativas reutilizables y por su alto poder contaminante.

Propuestas para un consumo consciente de juguetes sexuales

*Construir nuestros propios juguetes: Bricolaje sexual es un proyecto que ofrece talleres para construir nuestros propios juguetes sexuales. Son espacios para divertirse y compartir saberes, fantasías y recetas en un ambiente de confianza.

*Dildos artesanales de madera. PussyBat fabrica en Castellón dildos con maderas (tanto locales como exóticas) procedentes de bosques de gestión sostenible, y usa para los acabados solo aceites y ceras vegetales y cera de abeja.

También encontramos productores artesanales en Alemania (trabajan con madera de abet o y fabrican también vibradores), Suiza, el   y Estados Unidos (otra opción en los EEUU).

*Dildos artesanales desde Madrid. BS Erotic Goods Made By Hand y Dildoit son dos iniciativas de Madrid que diseñan y fabrican juguetes sexuales. BS explican que fabrican sus juguetes «a mano, uno a uno, con técnicas tradicionales y utilizando únicamente silicona y pigmento de grado médico, buscando un equilibrio entre ergonomía y diseño, para que los juguetes estimulen los puntos sexuales a la vez que erotizan el sentido de la vista». También cuentan que «nos hemos encontrado con un oficio antiquísimo y lo hemos querido conservar tal y como había sido: un oficio artesanal, sostenible y ecológico».
Dildoit: “dildos feministas hechos con las manitas y low cost«; venden juguetes de dos tipos, unos de silicona certificada, y otros de una línea más barata que recomiendan usar solo con preservativo.

*Dildos de cerámica y de vidrio. La cerámica y el vidrio son, en general y como sucede con la silicona, materiales de origen mineral confiables y de bajo impacto ambiental.

El Lancero de Talavera está inspirado en los juguetes eróticos cerámicos alemanes, diseñado y fabricado por Ernesto Yáñez González, ceramista y escultor de Talavera de la Reina (Toledo). Es hueco por dentro con el fin de rellenarlo con agua fría o caliente, ya que el cambio de temperatura en la zona genital produce una sensación agradable y muy placentera, y también una relajación de la musculatura, de manera que facilita la penetración. Aunque es importante tener cuidado con la temperatura, para evitar quemarse.

Otra opción en dildos de cerámica es la marca Ceramix de Pipedream, empresa californiana que no parece globalmente nada atractiva desde el punto de vista del consumo consciente. También encontramos diversas opciones de dildos hechos de vidrio.

*Silicona de grado médico y fabricación no deslocalizada. Hay empresas que usan solo silicona de grado médico y fabrican en su país como Fun factory (Alemania) y Happy Valley (Canadá). Otras marcas que usan silicona de calidad, como Tantus o Rocks-Off, sí producen “deslocalizadamente”.

¿Demasiada información?

A menudo nos pasa, cuando intentamos consumir de manera más consciente, que la cantidad de información que necesitamos es mucha más de la que podemos retener, y no siempre nos acordamos, antes de comprar, de repasar artículos como este, aun en el caso, poco probable con la cantidad de información que nos llega hoy en día, de que recordemos haberlos leído y sepamos cómo localizarlos. Uno de los consejos que solemos dar en Opcions es, comprar en espacios donde quien nos vende sea afín a nuestros valores y nos pueda aconsejar bien. Por eso en  otro  artículo, hablamos de tiendas eróticas que merecen la pena, como Desmontando a la Pili o Los Placeres de Lola, dos buenas referencias para conocer y comprar muchos de los juguetes mencionados.

Pero tengamos siempre presente que lo más importante es la actitud. La de disfrutar de sacarle jugo al juego… ¡y a la imaginación!

 

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