¿Se pueden hacer vacaciones económicas con un buen nivel de confort y de comodidad?, ¿conocer una cultura diferente sin salir de casa?, ¿dejar de contribuir al impacto ambiental de la construcción de hoteles en lugares turísticos?
Todo eso es posible con los intercambios de casa. Se trata de ofrecer la posibilidad de que otra persona o familia viva en tu casa mientras tú te instalas en la suya durante un periodo de tiempo. Este modelo turístico de origen americano y muy extendido en los países nórdicos, es cada vez más frecuente en nuestro territorio. Y tiene un éxito especial entre familias con niños. Su modelo se basa principalmente en la confianza y el respeto, y no implica ningún tipo de intercambio económico. Susana González es una veterana del intercambio de casa. Viaja con sus dos hijas adolescentes. «¡Para mí no hay otra manera de viajar! ¿Tú sabes la de trastos que me he ahorrado de mover arriba y abajo cada vez? Desde el cochecito o los juguetes cuando las niñas eran pequeñas hasta el material de montaña ahora que somos aficionadas. Todo eso, más allá de los champús, jabones, pastas de dientes, aceite, sal o cacharros de cocina. Yo aprovecho los intercambios para compartir todo lo que puedo. Además, me gusta transmitir a mis hijas el sentido comunitario de las cosas.
Maria Esteban viaja con su pareja y sus dos hijas. Nos explica que «existen muchas fórmulas de intercambio. La más habitual es el intercambio simultáneo de casa, en que te instalas en casa de una familia al mismo tiempo que esta vive en la tuya. Pero también puedes intercambiar una segunda residencia, aceptar invitados mientras tú vives en casa o hacer intercambio entre jóvenes para facilitar que practiquen idiomas. Nosotros lo hemos probado todo y es una actividad que nos enriquece desde todos los puntos de vista. Y, además, hemos hecho muchas amisatades haciendo así las vacaciones.
Existe un amplio abanico de buscadores de casas. Algunos de acceso gratuito, y otros que requieren el pago de una cuota anual para poder subir tus datos y acceder a los de las otras familias. La mecánica consiste en publicar un anuncio con las características y fotografías de tu casa y del entorno y, por otro lado, especificar cuáles son los destinos que te interesan y las fechas en las que quieres ir. El intercambio de casa funciona especialmente en época de vacaciones, pero también hay oferta para temporadas largas y fines de semana.
¿Qué hay que tener en cuenta para un intercambio de casa?
Hace falta tiempo para planificar un intercambio
Para encontrar un lugar afín en tus necesidades y un perfil de familia similar al tuyo y para resolver cuestiones logísticas como por ejemplo acordar de qué manera hacer llegar las llaves a la familia que vendrá a casa, pactar si se quieren incluir otros elementos más allá de la casa en el intercambio –como el coche o las bicicletas– o resolver dudas o peticiones concretas como puede ser la necesidad de una barandilla en la cama. Al menos 3 meses de antelación son necesarios para garantizar un intercambio tranquilo y confortable.
La tranquilidad de la seguridad
Anotar en un sitio visible los teléfonos de emergencias (médicas, de seguros o de policía) y contactos de amigos o familiares que puedan echar una mano a los huéspedes en caso de necesidad. ¿Los objetos personales? González dice «lo más valioso viene siempre conmigo. El resto, lo dejamos todo en casa. El distanciamiento de las cosas materiales es muy sencillo, y lo más que puede pasar es que se rompa algo. Como también se me puede romper a mí. Tengo siempre confianza plena en las familias que vienen a casa.»
Hacer de anfitrión
Dejar un poco de sitio en los armarios o reservar sábanas y toallas para los invitados. Prever alguna provisión de comida en la nevera para que puedan pasar cómodamente las primeras horas, o señalar en un mapa servicios de transporte, alimentación o lugares de interés, son detalles que la familia invitada agradecerá con toda seguridad. Susana González explica que ella acostumbra a dejar la casa limpia y reservar sitios para el confort de las personas que se instalarán. «¡Pero los armarios continúan llenos! La dinámica no es la de un hotel…» También dice que «los huéspedes acostumbran a tener derecho a consumir lo que quieran de la nevera o de la despensa siempre que lo repongan después, lo que proporciona una comodidad extrema». A Maria le gusta sorprender a los huéspedes con un menú sorpresa para cuando lleguen a su casa. «Una tortilla de patatas, un gazpacho o una escalivada acompañados de un poco de vino son garantía de éxito.»
El manual de instrucciones
¿Dónde está la aspiradora? ¿Puedo utilizar el secador? ¿Cómo funciona la lavadora? Son preguntas que forman parte del día a día y que se pueden resolver en un básico manual de instrucciones donde se explique el funcionamiento general de la casa. Si, además, te gusta regar cada tarde el potos que tienes en el comedor, o tienes la manía de cerrar la puerta con dos vueltas de llave durante la noche, puedes aprovechar este documento para explicarlo.