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Vivir del aire

La primera eòlica popular ya es una realidad. El proyecto ha sido posible gracias a las aportaciones económicas de centenares de personas.

Cada vez más hogares tienen contratada la energía con empresas que apuestan por las renovables. Y no solo esto, muchas personas han decidido hacer posible, con sus ahorros, nuevas plantas de generación de energía renovable. Como la que inaugura el proyecto Viure de l’aire (‘Vivir del aire’). Son consumidoras convencidas que el reto del cambio hacia un modelo energético sostenible es ineludible. Ciudadanas que han decidido contrarrestar los obstáculos que pone la administracinó, con la retirada de las primas a los proyectos renovables y las barreras al autoconsumo.

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Una eólica comunitaria

El proyecto Viure de l’aire ha hecho posible la primera instalación eólica comunitaria en nuestra casa, con financiación popular. Como explica Pep Puig, promotor del proyecto y miembro de Eolpop, la empresa que lo ha sacado adelante, “el funcionamiento es simple: pones dinero en el proyecto y vas recibiendo un retorno anual, hasta la total recuperación». Este retorno se obtiene de los ingresos por la venta de electricidad generada, habiendo descontado los gastos (seguro, mantenimiento y auditoria anual).

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Este mes de febrero la planta entrará en funcionamiento y el proyecto ya cuenta con 438 inversores, que aportan  2.071.000 euros. Pero aún hay un millón que proviene de un crédito blando de la cooperativa Som Energia. Por esto Viure de l’aire busca más personas interesadas en invertir en esta eólica popular.

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La semilla del proyecto Viure de l’aire está ligada a la historia de la cooperativa Ecotècnia. Esta empresa, fabricante de turbinas eólicas, fué creada por un grupo de personas comprometidas con las energías renovables. Y desempeñó un papel clave  en la introducción de la energia eólica en el país. El 2007 se convirtió en sociedad limitada para pasar a formar parte del grupo francés Alstom. Dos años más tarde de la adquisición, el 2009, el equipo promotor de la cooperativa celebró un encuentro para recordar la puesta en marcha, el año 1981, del primer aerogenerador moderno conectado a la red en Cataluña.

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Energía compartida

Los participantes en aquel acto conmemorativo, como recuerda Pep Puig, se plantearon una pregunta: “Veinticinco años después, cuando la tecnología eólica está plenamente madura, ¿qué aportación innovadora se podría hacer en el país?» La respuesta la tuvieron clara: el nuevo reto era la promoción de una eólica comunitaria. Su referente eran proyectos ya implementados en países como Dinamarca, Alemania y Bélgica.

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Con una primera mención del proyecto Viure de l’aire en los medios de comunicación tuvieron suficiente para contactar con más de cincuenta personas que querían implicarse. Esta rápida respuesta aceleró el proceso de creación de Eolpop. Los socios capitalistas de esta empresa, una sociedad limitada, han renunciado a los rendimientos de capital, subrayando así el objectivo social del proyecto.

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Las decisiones: la ubicación y la tecnología

El siguiente paso, una vez creada la empresa, era localizar el mejor emplazamiento. Los requisitos necesarios para una instalación de este tipo son: las medidas de viento, el acceso practicable y disponer de una red de distribución cerca. La decisión final fue ubicar la instalación en el municipio de Pujalt, en la comarca de l’Anoia. Pero los trámites administrativos retardaron el proceso hasta el 2016.

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Instal·lació de l'eòlica comunitària de Viure de l'aire
En un primer momento, se había optado por la tecnología de Ecotecnia. Pero cuando se consiguieron todas las autorizaciones necesarias, ya no estaba disponible. Con la compra de Alstom por parte de General Electric, se habían descatalogado casi todos los diseños de la antigua cooperativa. Eolpop rechazó la oferta de General Electric de seguir con otro modelo suyo. ¿El motivo? La implicación de esta multinacional en el desarrollo de la tecnología nuclear.

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Tuvieron que hacer una investigación a fondo de las alternativas. «La sorpresa que tuvimos fue que algunos fabricantes no querían hacernos una oferta por una sola máquina, o tenían muchas reticencias”, explica Pep Puig. Finalmente, se decidieron por la maquinaria de la empresa alemana Enercon.

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Por un cambio de modelo energético

El proyecto de Viure de l’aire ya es una realidad.  Las personas que lo han hecho posible se sienten satisfechas cuando afirman que el primer proyecto eólico comunitario del país se ha materializado gracias a centenares de aportaciones de personas, familias, asociaciones y pequeñas empresas.

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Pero su reto va mucho más allá de una instalación. El objectivo de fondo es contribuir a la democracia energética y a la apropiación social de la tecnología. Piezas clave para superar un modelo energético oligopolístico, contamintante y basado en las energías fósiles. En este camino, avanzan al lado de iniciativas como Generation kWh de Som Energia, que ya ha inaugurado ocho plantas de energía renovable con participación económica popular.

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En el artículo «Eléctricas: opciones fuera del oligopolio» ofrecemos información sobre opciones de contratación de energía que contribuyen a la transición hacia un modelo energético sostenible.

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