Sangrado libre

Sangrado libre: menstruar sin pañales

Vivir la regla sin copas menstruales, compresas ni nada que se le parezca es posible. Aprende a dominar el sangrado libre en tres pasos.
4 de abril, 2023

En nuestro país hay un número creciente de mujeres que hemos dejado de utilizar pañales y practicamos lo que se conoce como sangrado libre. Así como no decimos «orina libre» o «heces libres» cuando no utilizamos pañales convencionales, al sangrado libre deberíamos llamarlo, simplemente, menstruar. Pero, como vivimos en una sociedad que ha distorsionado totalmente la sexualidad femenina, hemos tenido que inventarnos un nombre para referirnos al control de la evacuación de la menstruación.

­La poca información que damos a las chicas occidentales para prepararlas para su primera menstruación es que, para evitar mancharse la ropa con la regla, tienen que utilizar compresas, tampones o copas. Evidentemente, se trata de una educación insuficiente. Pero ¿y si, encima, esta información fuese errónea? ¿Y si las mujeres no necesitáramos ni compresas, ni tampones ni copas? ¿Y si no nos hiciera falta llevar ninguno de estos pañales menstruales?

­La idea que las mujeres utilizamos pañales, como los bebés, es tan demoledora para nuestra visión de la menstruación y la identidad de las mujeres que hay que comprovar en el propio cuerpo que es posible, que es cierto. Solo hace falta: saber cómo funciona el cuerpo, observarnos y practicar.

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Conocimientos teóricos del sangrado libre: la evacuación de la menstruación

Contrariamente a lo que se imagina la mayoría, cuando tenemos la regla no sangramos de forma continuada. Nuestro útero está cerrado y solo se abre de vez en cuando para evacuar la menstruación.

­El sangrado libre no consiste en aguantarse la regla, sino a sentir el aviso que necesitas evacuarla, de la misma manera que te llega el aviso que necesitas orinar o defecar. Es una señal que llega al cerebro en forma de «tengo ganas de sacar la regla», pero que también se nota en el vientre bajo con sensaciones de hinchazón, peso, tensión y necesidad de vaciar el útero.

­Si cuando aparece el aviso no vas a evacuar, llega un momento que el útero lo hace por su cuenta porque ya no puede aguantar más tiempo, como lo hace la vejiga cuando te haces pipí encima. Un fenómeno sorprendente es que cuando se practica el sangrado libre el nombre de evacuaciones es muy inferior. Hasta el punto que por la noche las mujeres que hacen sangrado libre no suelen evacuar.

­Te estarás preguntando como puede ser que ni tu ni la mayoría de mujeres que conoces no hayan oído hablar nunca de este aviso. La respuesta es que la cultura modela nuestra sexualidad. Dicho de otro modo: si no tenemos el aviso de que queremos evacuar la regla es porque nos hemos criado en una cultura que no nos permite ni plantearnos que este aviso pueda existir. La buena noticia es que, una vez sabemos que esta señal existe, podemos aprender a escucharlo.

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Antes de practicar el sangrado libre. Trabajo de campo: observando la evacuaciónIlustración sobre el sagnado libre de Agnés Mateu

Antes de proponernos practicar el sangrado libre, conviene poner atención a nuestro flujo menstrual. Para hacer estas observaciones, hemos de dejar de utilizar la copa menstrual o el tampón, al menos los ratos que estamos en casa y el máximo de tiempo posible.

­La primera constatación es que no echamos como una fuente sino que la mayor parte del tiempo no hay sangrado. Una vez descubierto esto, hay que escuchar las sensaciones asociadas a la expulsión de la regla. Cada mujer tiene que aprender cuáles son las situaciones en las que evacua más a menudo, o en qué momentos evacúa siempre. Hay que prestar atención en el momento de la ducha, al orinar, defecar o expulsar ventosidades.

­Al principio, puede que cueste notar sensaciones en el vientre bajo, útero, cuello del útero, vagina y vulva. Y sí, ¡el útero puede sentirse! Si no tenemos una buena conexión con estos órganos es debido a que nuestra sociedad no habla nunca de ellos y crecemos con la idea que no hay que escuchar la información que viene de esta zona. Por lo tanto, hace falta tener paciencia y constancia. Poco a poco, las percepciones irán en aumento y cada vez se notarán más detalles.

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Practicar el sangrado libre

Finalmente, llega el momento de aventurarnos y comprobar si podemos menstruar ¡sin pañales y sin mancharnos! Hay que empezar haciéndolo en un espacio de seguridad, por ejemplo, en casa. Un truco es beber agua para ir al baño a menudo.

­Tan solo es necesario ir prestando atención al vientre bajo periódicamente y, si notamos que tenemos ganas de orinar o de evacuar la regla, ir inmediatamente al váter y relajar la vejiga y el útero. Es importante, en este momento, que nos fijemos en las sensaciones que tenemos y comprobemos si sangramos o no.

­Desde el principio ya habrá evacuaciones que las haremos en el váter. Cuando se nos escape, analicemos en qué situación ha pasado. Quizá hemos esperado demasiado rato desde que hemos recibido el aviso (hay que ir rápido a evacuar, no se puede aguantar tanto como con la orina). Quizá hemos desconectado totalmente del vientre bajo. Quizá lo hemos presionado o hemos estornudado. Sigamos escuchándonos y aprendiendo.

­Esto es todo. La técnica es así de sencilla. Podemos aprender a notar el aviso en pocas menstruaciones si le dedicamos tiempo suficiente. Poco a poco, lo iremos perfeccionando y encontraremos nuestra propia manera de combinarlo con el uso de productos de gestión del sangrado para cuando vayamos a la piscina o para cuando estemos en una situación que no nos permita ir a evacuar con facilidad y escucharnos.

­No hace falta darle más vueltas. Todas las mujeres podemos comprobar si es cierto que estamos tan mal diseñadas que necesitamos pañales durante la edad adulta. Si bien muchas mujeres son reacias a probarlo, porque piensan que ellas no pueden conseguir este nivel de conexión con el cuerpo, las que se animan descubren en el sangrado libre una auténtica revelación.

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