Regalar “experiencias” es tendencia. A ello ha contribuido la presencia masiva en los grandes centros comerciales de las llamadas cajas regalo, con un abanico de marcas, temáticas y precios que puede llegar a marear. Lo cierto es que los regalos no materiales son una buena forma de mantener la tradición de los regalos sin contribuir al derroche de recursos y a la acumulación de objetos en los hogares, que a menudo se convierten en los temidos “pongos”. Para evitar regalos innecesarios, el primer paso es procurar reducir el número. Pero una vez decididos a hacer un regalo, los no materiales son una opción a considerar.
Cajas regalo con valor añadido
La cooperativa del Bages Fent País ha aplicado los principios de la economía social y solidaria a la idea de las cajas regalo. Se comprometen, por ejemplo, a favorecer la economía autóctona, los productos locales y la lengua catalana. También han decidido promover su actividad con técnicas de marketing responsable, velan por la equidad de género y tienen medidas de conciliación familiar dentro de su organización. Trabajan con el formato caja y vales. Se pueden comprar en linea o en alguno de sus puntos de venta.
Un regalo a medida
Las cajas regalo tienen la ventaja que dejan la elección final a manos de quien la recibe, que puede elegir entre muchas posibilidades. Es una opción interesante si no se conocen mucho los gustos de la persona que tiene que recibir el regalo. Ahora bien, si queremos hacer un regalo más personal, si tenemos claro qué puede gustarle o si nos gusta un proyecto en concreto, podemos asumir la elección nosotros. Las opciones no se acaban nunca, aquí damos unas cuántas:
Espectáculos y cine
Probablemente es el regalo no material más común: teatro, circo, magia, conciertos… Cuando, además, apostamos por espectáculos de compañías o salas pequeñas, contribuimos a sostener una oferta cultural rica y diversa. Si queremos hacer un regalo a una persona cinéfila, el cine cooperativo Zumzeig, del barrio de Sants de Barcelona, nos lo pone fácil con sus vales regalo.
Talleres y cursos
Aprender a hacer cerámica, saber sacar partido a la cámara fotográfica o dar un empujón al nivel de francés. Regalar talleres y cursos es una forma de ofrecer aprendizajes que pueden durar toda la vida. La asociación Fuga, ofrece cursos de fotografía en el barrio del Poble-sec, en Barcelona y hacen una oferta por estas fiestas.
Si, además de regalar un taller o un curso, elegimos contenidos que ayuden a conectar con la naturaleza o reducir la huella de nuestro día a día, el regalo es doble. Por ejemplo, se puede regalar un taller para aprender a cultivar un huerto urbano, como el que ofrece la cooperativa Tarpuna. En el espacio René también nos pueden ayudar con su ciclo “Hogar saludable”. La cooperativa Biciclot propone regalar una cosa tan especial e inolvidable como aprender a ir en bici y, para los que ya saben, un taller para adquirir las nociones básicas del mantenimiento y reparación de la bicicleta. También se puede regalar un taller de cocina vegetariana, porque reducir el consumo de proteína animal es recomendable por muchos motivos. Una iniciativa interesante que ofrece talleres de cocina de varios orígenes y también propuestas orientadas al público infantil, es la entidad sin ánimo de lucro Mescladís.
Comidas y escapadas
El equipo de Fent País ha hecho una selección extensa de propuestas para disfrutar de una buena comida o una escapada para recordar. Otra opción es el cheque regalo de la Xarec, la cooperativa que agrupa varias iniciativas de la economía social y solidaria del sector del turismo y la restauración. También podemos dar un vistazo en el web de la fundación Ecotur, que agrupa más de cien iniciativas de turismo rural, agroturismo y ecoturismo. En su portal, además de descubrir muchos destinos interesantes, también podemos regalar su carné de amigo, que da acceso a varias ventajas.
Hay otras muchas ideas, como por ejemplo unas entradas para un parque de aventuras sobre los árboles, un escape room, una suscripción a una medio digital, una ruta cultural (las hay de literarias, arquitectónicas y de historia, por ejemplo), un bautizo de vuelo o de submarinismo, una cata de vinos, una visita a un observatorio o una excursión en velero.
Regalos no materiales residuo o
Los regalos no materiales han ahorrado muchas corbatas, perfumes y libros no deseados. Pero alerta porque una caja o un vale regalo no siempre implica menos impacto ambiental. Si optamos por una empresa de cajas regalo que las hace con plástico y un catálogo impreso a todo color, puede no haber mucho diferencia. Está claro que el tipo de exeperiència también puede variar mucho en este sentido: no es lo mismo regalar un masaje junto a casa, que ir a probar un fórmula 1 en Monte Carlo.
Sea cual sea el regalo si, además, hacemos una compra electrónica y nos lo hacemos traer a casa, los costes pueden ser iguales o superiores a algunos regalos físicos. Para evitar el derroche de recursos, en el caso de las cajas regalo, podemos buscar la opción de imprimir el vale en casa o, simplemente, anotar el código en una tarjeta hecha por nosotros y así el regalo también queda más personalizado.
Hay quien se resiste a los regalos no materiales porque parece que deslucen la fiesta, sobre todo si pensamos en las criaturas. Pero hay muchas maneras de conseguir que el momento de abrir paquetes sea especial, indenpendientemente del bulto que hagan los paquetes que se abren. Ahora bien, si después de sopesar todas estas ideas nos decantamos para regalar un objeto, en este artículo damos cinco ideas para ayudar a reducir residuos. Además, claro está, siempre se puede regalar Opcions!