Las últimas investigaciones realizadas en el ámbito agroecológico muestran que estamos en un punto de inflexión. Como indica el estudio de la Cooperativa Aresta, el cambio de escala ha de ser un revulsivo para la sostenibilidad del cooperativismo agroecológico. Si observamos la línea del tiempo de la evolución de las cooperativas y grupos de consumo agroecológico de la ciudad de Barcelona, observamos que la expansión de organizaciones se ha detenido. De hecho, desde el propio sector se percibe una regresión en el modelo basado en la autogestión voluntaria.
En este marco y con la certidumbre que ofrecen los modelos de proyectos consolidados de cooperativas con mayor escala, como La Magrana Vallesana o L’Economat Social, entre otros, e inspirados por proyectos de largo recorrido como Park Slope Food Coop, surgen propuestas para ir más allá. José Luís Fdez. Casadevante “Kois” apunta que los supermercados cooperativos pueden ser el modelo de escalabilidad que se precisa actualmente. De hecho, en diferentes artículos de Opcions, Toni Lodeiro se hace eco de la efervescencia de proyectos cooperativos agroecológicos que son esenciales para construir alternativas al capitalismo e incrementar el impacto de la agroecología en el mercado social.
Los hábitos diarios: supermercados e Internet
Los últimos informes sobre consumo alimentario, publicados por el Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria, destacan que, por un lado, la ciudadanía tiende a comprar en comercios que concentran el conjunto de las compres y, por tanto, la hipótesis de los supermercados cooperativos tiene fundamentos sólidos. Por otro lado, destaca –especialmente– el crecimiento que tiene Internet como instrumento de compra en el consumo de alimentos
En este punto, y en previsión que la expansión digital no tiene freno, es adecuado preguntarnos por el papel de las plataformas tecnológicas en este recorrido hacia un cambio de escala.
El carácter digital del cooperativismo agroecológico
La mayoría de cooperativas y grupos de agroecología han adoptado la tecnología como instrumento esencial en la organización del pedido interno y la interacción con las productoras o intermediarias (Figura 1). Cuando analizamos cómo ha sido esta opción, observamos dos variantes prácticamente opuestas.
Por un lado, organizaciones que se han servido de herramientas digitales privativas alejadas de los valores que promueve la economía social y solidaria (uno de los indicadores del Pam a Pam se focaliza en el uso de licencias libres y abiertas).
Por otro lado, desde el propio sector se han desarrollado herramientas que, de acuerdo con los comunes digitales, favorecen estructuras tecnológicas más democráticas (Figura 2) con diferentes aproximaciones y posibilidades de expansión. Así, identificamos el programario desarrollado por Bròquil del Gòtic, L’Aixada Cooperativa o Aplicoop entre otros. En referencia a la licencia de contenidos (y por tanto, la posibilidad que el conocimiento pueda ser transferido y replicado) la mayoría de grupos y cooperativas no la definen (Figura 3).
Supermercado cooperativo agroecológico procomún
En resumen, podemos afirmar que el cambio de escala del consumo agroecológico requiere una major intercooperación (la economía social i solidaria ha desarrollado instrumentos y metodologías que lo facilitan) que apuntan a la necesidad de generar estructuras más profesionalizadas dentro el mercado social (organizaciones de primer y segundo grado que favorezcan la inclusión de más consumidores) y donde se han de contemplar las herramientas digitales (y por coherència, en el marco de los comunes digitales)
Por tanto, parece que, si el supermercado cooperativo es uno de los modelos que pueden empoderar a un mayor consumo de productos agroecológicos, ya que se relaciona con los hábitos de consumo mayoritario, es oportuno preguntarse cuál debe ser su configuración digital.
Soberanía tecnológica y sostenibilidad
Profundizar en el punto de encuentro entre comunes digitales y agroecología por un cambio de escala es complejo, pero sí podemos constatar que es necesario promover estructuras digitales que favorezcan esta intercooperación entre agentes que permite un mercado social cada día más potente.
De hecho, ya tenemos estructuras digitales sólidas. Recientemente, se ha constituido una cooperativa Katuma, capítulo local de Open Food Network. Esta cooperativa de plataforma tiene el objetivo de extender la intercooperación agroecològica, partiendo de la soberanía tecnológica (por tanto, en el marco de los comunes digitales) y con un modelo de sostenibilidad democrático (haciendo partícipes a las productores, intermediarias y consumidores de su gobernanza).
En este punto de inflexión actual que referíamos al inicio del articulo, las plataformas digitales pueden ser también la piedra angular que articule un consumo cooperativo de escala de productos agroecológicos con una perspectiva holística.