Así pues, para poder tener una economía sostenible y respetuosa con las personas y el planeta, es importante consumir productos km 0. A continuación entraremos en más detalles, pero de entrada, podemos destacar que estos productos, también denominados de proximidad, se caracterizan por la poca distancia que han recorrido entre su origen o lugar de producción y el punto de venta o de consumo final.
¿Qué son los productos km 0?
Para que un producto sea considerado de proximidad tiene que cumplir con unas determinadas características. La principal tiene que ver con la distancia que recorre el producto, la cual no tendría que ser superior a los 100 km. Además, idealmente, los productos tienen que ser de temporada y de producción ecológica.
Como norma general, pues, podemos afirmar que los productos km 0 o de proximidad son aquellos procedentes de la tierra, la ganadería o la pesca (en el caso concreto de los productos alimentarios), o bien los resultantes de un proceso de elaboración o transformación a una distancia de máximo 100 km entre el punto de producción y consumo. Este hecho favorece la implicación del mínimo número de intermediarios.
La calidad, gran aliada de los producto km 0
Los productos km 0 o de proximidad ofrecen diferentes beneficios. ¿Qué nos ofrece un alimento de proximidad?
Mejor gusto. Los productos km 0 aportan una calidad mucho más alta que los que tienen que recorrer grandes distancias, puesto que no han tenido que pasar por procesos de conservación y/o congelación. A pesar de los adelantos de la tecnología, es notable la diferencia entre una manzana que ha pasado por cámaras frigoríficas y una de una cesta ecológica que podemos encontrar en nuestros grupos de consumo o en otros establecimientos, como el supermercado Foocoop.
Punto de maduración ideal. En el caso de la fruta y verdura, es especialmente notable la diferencia. Cuando los alimentos tienen que recorrer grandes distancias, la fruta o la verdura se recolecta cuando todavía está verde con el objetivo que, cuando llegue a las tiendas, se encuentre a un punto de maduración parecida al ideal. Pero el efecto es antinatural y el resultado dista de cualquier fruta o verdura recogida en su momento ideal de maduración.
- Más naturales y más saludables. La forma de alargar el tiempo de vida de los productos alimentarios requiere, generalmente, el uso de conservantes y aditivos. Esto no lo encontraremos en los alimentos de proximidad, que pueden seguir el ritmo natural del alimento y llegar al consumidor en buen estado.
Beneficios económicos y ambientales de los productos km 0
Consumir productos km 0 es una decisión que no afecta únicamente a la calidad del producto que consumiremos. Consumir de proximidad es una decisión con implicaciones más amplias y está directamente relacionado con el modelo de sociedad que estamos fomentando. Así pues, no es irrelevante por qué opción nos decantamos.
Más allá de querer consumir unos productos de más calidad, comprando productos km 0 también estaremos beneficiando nuestro entorno:
Potenciaremos la economía local. Los beneficios de la actividad económica acaban en un entorno próximo y fortalecen nuestro territorio. Ante el enriquecimiento de franquicias y multinacionales, ¡apostamos por la comunidad!
Aseguran un respeto por leyes laborales y ambientales. Los productos de proximidad han sido producidos en nuestro país y, por lo tanto, tienen que cumplir con la legislación vigente en el territorio, a menudo más exigente que la de terceros países, donde la explotación laboral y ambiental está mucho menos limitada.
- Son más sostenibles. Reduciendo el circuito de distribución podemos evitar una gran parte de la huella de carbono que conlleva nuestro consumo.
Así, elegir productos de proximidad no es solo una cuestión de buscar un producto mejor. Es una forma de fortalecer la economía de nuestro entorno y contaminar menos.
Algunos ejemplos de productos km 0 del Estado español
El territorio español es muy rico y diverso, tanto por lo que hace a climatología como a la orografía. Esta diversidad permite producir una gran variedad de productos.
- Frutas y verduras. Las principales zonas de cultivo se localizan en Andalucía, Murcia, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En el caso de los cítricos, su cultivo se concentra en la franja mediterránea.
- Arroz, legumbres y frutos secos. En este caso destaca el Delta del Ebro, como principal zona productora de arroz.
Pescado. La franja costera, tanto la mediterránea como la atlántica, cuenta con varios puertos pesqueros. Recuperamos este artículo donde explicamos que, del mismo modo que hay verduras y frutas de temporada, también tenemos pescado de temporada.
Carne y derivados. La propuesta más interesante es la ganadería extensiva. El ganado vacuno se cría prácticamente en ganadería extensiva, pero no es el caso del ovino y caprino, que se encuentra en retroceso en la mayor parte del país.
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