Cuando, después de revisar les necesidades, tenemos claro que nos hará falta consumir algo de material escolar, no hace falta salir corriendo a la tienda. Tenemos opciones para conseguir material escolar sin comprar.
Acceder al uso
Nadie ha dicho que debemos ser propietarios de todo lo que usaremos durante el curso. Por ejemplo, si la escuela nos facilita una lista de lectura de libros, podemos ver si hay ejemplares en la biblioteca pública y solicitarlos cuando sea el momento. También podemos pedirlos en préstamo a familias de nuestro entorno.
Una manera que las escuelas tienen para favorecer la reutilización de libros es repetir lecturas dentro de cada nivel escolar. De esta forma, los libros pueden pasarse entre hermanos y de una familia a otra o ser socializados por la escuela o la asociación de familias. Para facilitar la socialización de los libros de texto, la Fapac publicó este manual, en catalán. Está dirigido a los centros educativos que quieren impulsar proyectos en este sentido. Assaice es una entidad sin afán de lucro que da soporte a asociaciones de familias y escuelas que apuestan por la socialización y la reutilización. Abacus ofrece el mismo servicio pero vinculado a la compra de libros por parte del centro escolar, no a socios y socias particulares.
No únicamente los libros pueden ser socializados, también puede serlo el material de dibujo o escritura, como por ejemplo, reglas y compases. Si en alguna materia se usa material instrumental específico y no se puede socializar, en los centros de más de una línea, se pueden organizar parejas entre el alumnado de clases diferentes de manera que puedan compartirlo.
Si en el entorno inmediato no encontramos lo que se precisa, hay plataformas de préstamo que nos ponen en contacto con personas que, a pesar de no conocernos, están dispuestas a dejarnos cosas. En algunos casos, como el de instrumentos musicales, existe la opción de alquiler.
Intercambiar y redistribuir
La circulación de bolsas de ropa ya es habitual entre las familias de los centros escolares. También puede hacerse con el material de dibujo técnico o instrumentos musicales, como por ejemplo la flauta dulce. Hay asociaciones de familias que facilitan e incentivan estas prácticas. Por ejemplo, organizando mercados de intercambio, habilitando espacios de recogida de material en desuso y utilizando las redes sociales o los paneles para facilitar la comunicación de necesidades y ofertas.
Otra opción que nos puede resultar positiva, es hacer una llamada a nuestro entorno para que revisen cajones y estanterías y nos pasen lo que ya no se usa pero aún está en buen estado. También existen webs y aplicaciones como No lo tiro y Gratix donde podemos encontrar objetos que otras personas regalan.
Aprovechar material de la naturaleza o de desecho
No se trata de buscar plumas de oca para escribir, pero sí que podemos recurrir a elementos como hojas, barro, arena o piedras, para trabajos de expresión artística substituyendo a goma eva, purpurinas y pegatinas. Además, si usamos hojas impresas por una sola cara o páginas no utilizadas de libretas o agendas antiguas, podemos crear blocs de notas y evitamos consumir nuevos recursos.
Podemos fabricar una cola casera instantánea apta para papel y cartón sólo con agua y harina (1 parte y ¾ respectivamente)
Otras cosas que podemos hacernos en casa con material de desecho son:
- Un estuche con los restos de un viejo tejano
- Una funda para la agenda escolar con un pedazo de ropa
- Un porta lápices con una lata
- Un tablero para colocar notas con tapones de corcho enganchados
¡En internet podemos encontrar muchas ideas más!