1. Helado cremoso con base de plátano
Esta es una receta estrella, fácil de hacer, que no necesita heladera y que, además, nos sirve para aprovechar aquellos plátanos demasiado maduros que, a veces, ya no nos apetece mucho comer. Es versátil y la podemos hacer con casi todo aquello que imaginamos y con las frutas que tengamos al alcance. ¿Que es tiempo de fresas? ¡Pues fresas! ¿Tiempo de melocotones? ¿Albaricoques? ¿Moras? ¿Tenemos ganas de ponernos creativas? Pues avellanas, cacao en polvo…
Lo único que necesitamos para hacer esta receta es tener un par de plátanos cortados a trozos y congelados. Os proponemos que siempre que tengáis un plátano a punto de echarse a perder, lo cortéis a trozos, lo pongáis en una fiambrera y lo guardéis al congelador. Así, siempre tendréis a mano cuando os apetezca un helado con base de plátano.
Ingredientes para un helado de plátano y melocotón
- 2 plátanos maduros cortados a trozos y congelados
- 1 o 2 melocotones (depende de la medida) cortados a trozos
Ponemos los trozos de plátano congelados al bote de la bateadora, añadimos el melocotón, también cortado, y lo batimos. Se trata de ir emulsionando los dos ingredientes, veréis que va cogiendo una consistencia algo más cremosa que la del helado de bola. Si vemos que nos queda demasiado espeso, podemos añadir un poco de leche o bebida vegetal al gusto.
Para servirlo, lo ponemos en un bol y lo decoramos con unos trozos de fruta fresca, por ejemplo, o unas hojas de menta.
2. Helado de plátano bañado en chocolate
Ingredientes:
- 2 plátanos
- chocolate para fundir
- palillos para pinchos
- almendras troceadas o almendras troceadas crocant para decorar
Pelamos el plátano y lo cortamos en dos trozos más o menos iguales, pinchamos el palillo y los ponemos al congelador (entre 1 y 2 horas).
Pasado este tiempo, fundimos el chocolate y bañamos el plátano en él. Después, lo decoramos con las almendras y lo volvemos a poner al congelador hasta que el chocolate esté duro.
¡Aquí puedes ver todas las recetas para hacer helados caseros resumidas en imágenes!
3. Un clásico de toda la vida: los polos
El polo, un clásico de los veranos. Para hacer esta receta solo necesitamos moldes de polos; hoy en día encontraréis de todas las formas, medidas y colores. Si no tenéis, es hora de acercaros a una tienda de enseres de cocina.
Una vez tenéis los moldes, el único que os hace falta es tener imaginación y ganas de hacer combinaciones de sabores.
Polo con base de yogur o kéfir
Algunas propuestas de sabores son polo de melocotón y albaricoque, de moras… y siempre se pueden decorar con cacao en polvo o galleta molida.
Ponemos el plátano cortado a trozos con una o dos cucharadas de cacao en un bote y lo pasamos por la bateadora. Llenamos los moldes y congelamos. Una vez congelada, y antes de sacarlo del congelador, fundimos el chocolate, bañamos el polo y lo volvemos a congelar.
Polo de macedonia con zumo de sandía
Aquí la propuesta es poner las frutas cortadas a trozos dentro del molde y cubrirlo todo con el zumo antes de ponerlo al congelador.
4. Granizado de sandía
Y para que no todo sean helados y podernos hacer pasar la sed… Os proponemos un granizado refrescante y muy, muy veraniego.
Ingredientes:
- un cuarto de sandía
- zumo de dos limones
- azúcar al gusto
- cubitos de hielo
Cortamos la sandía a trozos y sacamos las semillas. Lo ponemos en un recipiente y lo congelamos (entre 1 y 2 horas).
Una vez tenemos los dados de sandía congelados, y antes de sacarla del congelador, hacemos el zumo de los limones. Ponemos los dados de sandía, el zumo y los cubitos en una bateadora de vaso y batimos. Si nos resulta demasiado ácido, le podemos añadir un poco de azúcar.
Lo ponemos todo en un vaso, decoramos al gusto ¡y servimos!
Recordad que para bebernos un granizado no hay que usar pajita de plástico. Si nos apetece servirlo con pajita, existen opciones de pajitas reutilizables, como de metal o bambú.