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¿Cómo hacer un buen uso del móvil?

Orientaciones para optimizar el funcionamiento del móvil y para alargar su vida útil.
13 de febrero, 2018

Todo lo que conviene tener en cuenta antes de comprar un móvil, mientras lo utilizamos y cuando ya no nos puede dar más servicio.

1. Elección consciente

Antes de comprar un móvil, informémonos sobre las opciones más concientes y, a la hora de escoger tipo y prestaciones, pensemos para qué lo necesitamos.

  • En cuanto al tamaño: ¿nos interesa que sea tan grande? ¿Nos resulta cómodo?
  • Pensemos en la duración de la batería. Es una especificación técnica más a tener en cuenta (la capacidad, que se mide en miliamperios, mA). Por ejemplo, un teléfono de cuatro pulgadas con 1.500 mA seguramente tenga más autonomía que uno de cinco pulgadas con 2.300 mA, ya que una vez que la pantalla está encendida es uno de los elementos que más energía consume.
  • No compremos el móvil con más prestaciones de las que realmente necesitamos, porque no li aprovecharemos al 100%. Para usar WhatsApp y Facebook, no hace falta gran cosa.
  • Si nos gustan las fotos, al leer las especificaciones técnicas fijémonos en la calidad de las lentes y el sensor, más que en los megapíxeles.
  • Hoy en día el espacio de almacenamiento tiene que ser al menos de 16 Gb, para descargar y alojar aplicaciones y fotos.
  • Valoremos la versión del sistema operativo y el soporte técnico del fabricante.
  • No compremos el móvil a través de la operadora de telefonía: a la larga puede salir más caro, porque las hay que buscan permanencias ocultas.

 

2. Más privacidad

La pereza y la falta de sentido común ponen en peligro nuestra privacidad. Cuando tenemos prisa (en una mano el móvil y en la otra el carro de la compra o los hijos que nos reclaman) pero necesitamos inmediatamente la aplicación o leer esa noticia o contactar con tal persona, somos capaces de decirle que sí a todo. ¿Seguro que quieres perder tu privacidad y que te ponga publicidad según tus correos personales?

Antes de decir ‘sí’ bajemos el ritmo y pensemos y valoremos las opciones que tenemos. Quizás al final la respuesta seguirá siendo afirmativa, pero al menos lo habremos valorado de forma conciente.

  • En el momento de instalar una aplicación es recomendable leer todos los mensajes sobre seguridad y privacidad.
  • En algunos casos, configurar la privacidad es todo un reto. Es el caso de Windows 10, muy agresivo con la privacidad de los usuarios. No nos tenemos que dejar intimidar. Si finalmente no nos convence la opción final, hay que buscar otra.
  • En el caso de almacenamiento en la nube, hay que evitar guardar ahí información sensible (nunca contraseñas o números de tarjetas de crédito, por ejemplo). En caso de hacerlo, usar cifrado propio (mediante aplicativos como TextSecure, Wickr, Telegram, Gliph, Surespot) y no confiar sólo en el cifrado de la compañía.
  • Evitar dar acceso a la ubicación física excepto para aquellas aplicaciones que realmente lo requieran (como por ejemplo la navegación en ruta).
  • Usar el sentido común. Por ejemplo, si un juego del móvil nos pide acceder a la lista de contactos o al registro de llamadas, preguntémonos si esto es coherente con el tipo de aplicación.

 

3. Menos consumo de datos… y de energía

Así reduciremos la factura en dinero y la factura energética.

  • Actualizar las aplicaciones con el wifi nos permitirá ahorrar nuestro consumo de megabytes (en la factura, pero los megabytes se envían igualmente). El streaming de vídeo tiene un elevado consumo, como también la función auto-play, que permite que los vídeos se ponen en marcha automáticamente sólo al pasar por encima con el cursor, y por lo tanto en muchas ocasiones sin que nos demos cuenta o sin que lo queramos. En la configuración de aplicativos como Twitter, Facebook o Instagram se puede escoger que los vídeos sólo se pongan en marcha cuando tenemos wifi.
  • También podemos configurar eso mismo para las subidas de archivo automáticas (que sólo se lleven a cabo en presencia de wifi).
  • Con la activación de la opción ‘Restringir datos de referencia’, si una aplicación consume muchos datos ‘en segundo término’ evitaremos utilizar la red móvil para descargar actualizaciones de estado. Por ejemplo, ¿qué sentido tiene que Twitter se actualice constantemente aunque no lo consultemos?
  • Borremos los correos electrónicos que no necesitemos y comprimamos los documentos adjuntos (cuanto mayor es un adjunto, más energía consume y más emisiones genera enviarlo). Mejor todavía si enviamos enlaces en lugar de archivos, porque ocupan menos y el receptor tiene la opción de abrirlos o no.
  • Cuando hagamos una búsqueda tenemos que intentar usar palabras clave tan precisas como podamos. Guardemos las direcciones habituales en la carpeta de favoritos.
  • Cuando cargamos el móvil, esperemos a que llegue hasta el 100%. En cambio, no hace falta esperar a que se descargue del todo para recargarlo.
  • Con la precarga de contenidos con wifi, como por ejemplo música o vídeo en Spotify y YouTube, reducimos el consumo de datos y podemos disfrutar de esos contenidos cuando no tengamos conexión.
  • Para consultar Facebook existen alternativas a la aplicación oficial, como Tinfoil, Metal, Toffed, y Hermit, que consumen mucho menos.

 

4. Más durabilidad

Algunas cosas que podemos hacer para que el móvil nos dure más de dos años:

  • Mantenerlo en buenas condiciones ambientales: evitar temperaturas y humedades elevadas, el contacto con el agua y la exposición directa al sol.
  • Protegerlo con una funda para evitar roturas o deterioro de la pantalla.
  • En caso de que se moje lo secaremos rápidamente y no lo usaremos hasta 24 horas después.
  • Cuando el móvil empiece a perder prestaciones, debemos cambiar las piezas que sean sustituibles.
    La mayoría de las veces se tratará de la batería, puesto que hay pocos móviles modulares. Aquí presentamos el primero del mundo que fue modular, que además tiene otras ventajas.
  • Reinstalar de vez en cuando el software de fábrica puede ayudar a alargar la vida útil del móvil.
  • Cargarlo siempre hasta el 100% también alarga la vida de la batería (además de ahorrar energía).
  • Por si lo perdemos, valoremos si queremos servirnos de apps como Wheres my Droid, que lo localiza por GPS y lo bloquea para que nadie pueda hacer un mal uso de él.

5. Cuando ya no lo queramos

Si todavía funciona, optemos por la reutilización. Existen organizaciones, empresas o iniciativas que facilitan la reutilización de equipos (ordenadores y móviles). En Cataluña está tomando mucha solidez el proyecto eReuse, que de momento permite hacer recircular ordenadores pero se está trabajando para hacer lo mismo en el caso de los móviles.

Si está estropeado de forma irreversible, llevémoslo a un punto de recogida de residuos electrónicos.

Este artículo es posible gracias a personas que colaboran con OPCIONS

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