Plaques solars

Paneles solares en casa: transición energética a nuestro alcance

En el modelo energético del futuro, la generación eléctrica con placas solares en terrados, tejados y jardines está llamada a tener un papel de cierta relevancia. Distintas iniciativas promueven el autoconsumo eléctrico, ofreciendo facilidades a quien quiere contribuir a descentralizar la producción y favorecer la transición energética.

En algunos lugares de nuestro país se empiezan a ver más paneles solares fotovoltaicas en los tejados; en cambio, en muchos países europeos ya hace años que están llenos de ellos. A partir de declaraciones del gobierno central, podemos decir que en el Estado el número de instalaciones no debe pasar de pocos miles, mientras que en Alemania hay más de un millón; allí, así como en otros países europeos, ya empieza a ser extraño no ver tejados cubiertos de paneles.

La proliferación de paneles va ligada al autoconsumo eléctrico: la generación distribuida de electricidad, ya sea solo para el consumo propio o también inyectando el excedente a la red eléctrica. Nada más lejos, sin embargo, de ser un juguete para ecologistas románticos; es uno de los puntales de la transición energética global que se está desplegando. Según el Instituto Catalán de Energía, estudios de la Comisión Europea indican que el autoconsumo es imprescindible para lograr el 100% de energía renovable y, a nivel europeo, el 2050 podría satisfacer una parte importante de la demanda doméstica.

Las leyes pueden marcar la diferencia

Un modelo distribuido y democrático de generación energética reduce la dependencia de los combustibles fósiles y del oligopolio que ha centralizado el control de la energía hasta ahora.  Si en nuestro país vamos atrasados en la transición energética es porque dicho oligopolio ha conseguido que la legislación le pusiera muchas trabas.

Una nueva ley estatal, que se encuentra actualmente en fase de enmiendas en el Congreso de los Diputados, quiere eliminar unos cuantos de dichos impedimentos. Se trata del Real Decreto-ley 15/2018, que también toca aspectos como la pobreza energética o las prácticas más favorables a las compañías que al consumidor. La Alianza por el Autoconsumo, formada por más de cuarenta entidades sociales, ambientales, empresariales y sindicales, ha emitido un comunicado reclamando a los diputados que no se rebajen las mejoras que establece el texto original en el capítulo dedicado al autoconsumo.

En concreto, el texto que se debate plantea la desaparición de tasas injustificadas, como el llamado “impuesto del sol”, que de hecho ya se había abolido previamente para algunos casos. También se eliminarían la obligación de instalar equipos superfluos y caros, los límites a la cantidad de electricidad que se puede autogenerar o el exceso de trámites burocráticos para legalizar la instalación.

Uno de los cambios más significativos que prevé el redactado actual de la nueva norma es que todas las instalaciones podrán inyectar el excedente de electricidad a la red sin complicaciones burocráticas y podrán ser recompensadas por la energía aportada, por ejemplo con un descuento en la próxima factura eléctrica proporcional a los kWh inyectados.

Muy simple y muchas ventajas

Quien apuesta por el autoconsumo toma una decisión personal que repercute en beneficios para todos. Por un lado, contribuye a la lucha contra el cambio climático y a depender menos de la energía nuclear. Por otro lado, da un paso hacia la soberanía energética, de la que estamos muy lejos: un 72% de la energía que se consume en el Estado (eléctrica, térmica y para la movilidad) viene del extranjero; cosa que, por cierto, comporta una factura considerable. Además, el autoconsumo es una apuesta por un sistema energético renovable y más democrático y contribuye a la creación de ocupación en un sector estratégico.

A nivel particular, quien decide apuntarse al autoconsumo tiene que disponer de un tejado, un patio u otro espacio donde hacer la instalación y, además, haber obtenido los permisos necesarios, en caso de que le hagan falta. Ahora bien, los paneles solares presentan distintos puntos positivos:

  • No hay que hacer obras (no tiene que venir un albañil).
  • La nueva ley abre la puerta al autoconsumo compartido, es decir, a instalaciones hechas por una comunidad de vecinos para el consumo de todos los vecinos. Hay que decir que en los bloques de pisos es más difícil encontrar espacios para los paneles de todos los vecinos (más cuanto más plantas tenga el bloque, claro).
  • Los paneles y todos los equipos se suelen instalar en un día o dos.
  • El mantenimiento es mínimo (supervisión anual del estado de los equipos y eventual reparación de un desgaste menor).
  • Actualmente un panel cuesta alrededor de 100€ y no sale a cuenta robarlo. Los robos, que habían abundado hace años, prácticamente han desaparecido.
  • Los paneles suelen estar en garantía durante 15-26 años. Algunas fuentes del sector consultadas sitúan la vida útil en los 30 años, otras en los 100, y perdiendo poca eficiencia.
  • Menos afectación por las oscilaciones de las tarifas eléctricas.
  • Reducción del gasto eléctrico. Con una legislación y tarifas cambiantes es difícil cuantificarlo, pero podemos decir que ronda al menos un 30%.
  • Muchos ayuntamientos bonifican las instalaciones con rebajas en los impuestos municipales.

Aprovechando que autogeneramos electricidad renovable, podemos hacer una segunda contribución a la sostenibilidad: sustituir una caldera que vaya con combustible fósil por una bomba de calor eléctrica, que tiene una eficiencia energética hasta cinco veces superior (más detales en nuestro número 49).

Existen muchas empresas que se dedican a hacer estas instalaciones; de hecho, es probablemente una ocupación con mucho futuro. Los técnicos deben estar habilitados para actuar como instaladores en baja tensión.

Compras colectivas: más fácil aún

Ya antes de la reforma legislativa que se está debatiendo, en el Estado aparecieron al menos tres iniciativas que facilitan la autoproducción eléctrica, en concreto mediante las compras conjuntas. La idea es sencilla: agrupar familias o negocios interesados para que las instalaciones tengan a la vez un precio más asequible (reducción de un 30-40%) y un nivel elevado de calidad, y los trabajos se simplifiquen al máximo. Los servicios incluyen un estudio técnico del equipo idóneo para cada vivienda.

De las tres ya se han cerrado convocatorias y las hay abiertas, o las habrá durante el 2019, tal como muestra la tabla que hay más abajo.

Oleada Solar

Oleada Solar fue la primera; se lanzó en mayo de 2017. Está promovida por Ecooo, una cooperativa madrileña que promueve y lleva a cabo proyectos a favor de un nuevo modelo energético sostenible y en manos de las personas. A la primera Oleada se acogieron cien familias, que ya disponen de las instalaciones funcionando. La mayoría son de 1,5 kWde potencia y cada año pueden generar 1.800 kWh de electricidad renovable y dejar de emitir 1,5 toneladas de CO2. Para llevar a cabo las instalaciones se ha creado una red de cincuenta instaladores de todo el país.

La electricidad no autoconsumida se inyecta a la red, sin recibir nada a cambio. Según la legislación vigente hasta ahora, para percibir una remuneración por ella había que darse de alta como productor, un proceso complejo y costoso. En la segunda Oleada, que se está recogiendo actualmente, si el proyecto de ley mantiene las línias propuestas, ya se podrá recibir alguna compensación por estas aportaciones de energía renovable a la red eléctrica española.

Impuls Solar Vallès

Impuls Solar Vallès ha sido impulsada por grupos locales de las comarcas vallesanas de la cooperativa gerundense Som Energia, muy comprometida con la transición energética. La empresa que se ocupa de la ejecución completa de las instalaciones es Sud Renovables, ganadora del concurso que se licitó antes de abrir la convocatoria. En la primera se inscribieron 115 familias en 60 días; actualmente se está en fase de hacer las instalaciones y legalizaciones.

Como en el caso de Oleada Solar, desde el primer momento la política de gestión de los excedentes de electricidad ha sido inyectarlos a la red, con tal de maximizar la producción energética renovable. Se calcula que los hogares consumirán de media un 30-35% de la electricidad que autogeneraran y, por tanto, un 65-70% de esta energía les proporcionará una compensación económica (de nuevo, si el proyecto de ley llega a buen puerto).

Col·lectiu Solar

Col·lectiu Solar es gestionada por Revosolar, una empresa que se dedica a la expansión de las energías renovables. La iniciativa la originaron los ayuntamientos del consorcio Ter-Gavarres (Girona), interesados en cumplir los compromisos internacionales de reducción de emisiones. Su objetivo es vencer las reticencias iniciales a instalarse autoconsumo, auspiciadas por las trabas que la ley le ponía. La estrategia que se ha tomado es dar el máximo de facilidades económicas. Por esto, el descuento respecto a una instalación individual llega hasta el 40% y hay un acuerdo con Banc Sabadell y BBVA para ofrecer financiación de tal modo que la cuota que se tiene que pagar mensualmente equivale al coste de la electricidad que te ahorras gracias a la autoproducción. Es decir, durante 3-6 años (el tiempo que se calcula para amortizar la inversión), el bolsillo no notará ninguna diferencia y, a partir de este momento, verá una disminución en el gasto eléctrico. Las instalaciones se dimensionan en función del ahorro que querrá el autoproductor.

En este caso, para no tener que tramitar el alta como productor de electricidad, se optó por evitar generar excedentes. Se consigue mediante un aparato (smart meter) que en todo momento da orden a los paneles de generar exactamente la cantidad de electricidad que se está consumiendo. Ello revierte en un desperdicio del potencial generador de las placas. Si inyectar a la red sin trabas se acaba legalizando, el aparato se podrá tener apagado.

Compras conjuntas placas solares

Col·lectiu Solar hizo una primera convocatoria para media docena de comarcas catalanas, que se cerró con 628 inscritos y ya están hechas prácticamente todas las instalaciones. Revosolar formó y contrató durante tres meses a 30 instaladores para hacer los trabajos (si bien una familia puede optar por encargarlos por su cuenta).

Puedes descargarte la tabla aquí.

¿Y la huella ecológica de los paneles?

A través de compras colectivas o no, la demanda de paneles solares está subiendo como la espuma. ¿Qué huella ecológica pagamos para generar esta energía? Lo analizamos en este artículo. Destacamos aquí que los paneles son altamente reciclables, un aspecto muy positivo desde el punto de vista de los recursos naturales.

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