Tricicle antic. Manteniment i reparació de joguines

Juguetes para toda la vida

Trucos y recursos para alargar la vida de los juguetes. Porque la infancia termina, pero los juguetes pueden durar para siempre.

Los juguetes tienen un valor indiscutible. Todos hemos aprendido a relacionarnos con el entorno y las otras personas, en gran parte, gracias a ellos. Por esto, la mayoría de personas, a pesar del paso de los años, continuamos recordando las que fueron más importantes durante nuestra infancia. Así y todo, cada vez más, muñecas, ositos, coches y cocinitas tienen una vida más corta. En este artículo damos pautas y recursos para el mantenimiento y reparación de juguetes.

¿Juguetes de un solo uso?

Los motivos del acortamiento de la vida útil de los juguetes son diversos: la mala calidad de muchos productos, el exceso que hay de ellos en muchos hogares y la oferta constante de novedades. Todo ello hace que no se les dé tanto valor, que se vayan deteriorando más deprisa y que no se reparen. Unas pautas de consumo habituales en muchos ámbitos, que se aplican también en este sector.

¿Cómo podemos revertir esta tendencia? ¿Cómo podemos mostrar a los niños otras maneras de consumir? En primer lugar, podemos explorar fórmulas para reducir la compra de juguetes. Una opción es fomentar alternativas, como jugar con elementos de la naturaleza o recurrir al intercambio o al uso comunitario. En segundo lugar, alentar las criaturas a hacer un buen uso y mantenimiento de los juguetes. Y, en tercer lugar, repararlos cuando lo necesiten. Así no solo reducimos consumo y residuos y promovemos un uso eficiente de los recursos, también ofrecemos a los niños la opción de aprender habilidades tan útiles como coser, pulir o pegar.

Las 5 claves para un buen mantenimiento de los juguetes

1. Escoger calidad

Como siempre, si buscamos el precio más bajo o nos dejamos guiar por modas, a menudo chocaremos con productos de mala calidad que no tardan en provocar algún disgusto. Un requisito básico es que el juguete tenga el sello de conformidad europea, que hay que saber diferenciar del que distingue los productos de exportación china y que está formado por las mismas letras. El primero indica que el fabricante asegura que el producto cumple los requisitos de seguridad de los estados miembro de la Unión Europea. Ahora bien, el sello de conformidad europea no garantiza que estemos adquiriendo un juguete de calidad. Más allá de descartar precios sospechosos, podemos hacer algunas comprovaciones. En especial, conviene valorar si las articulaciones, las juntas y las capas de pintura están preparadas para soportar un uso intensivo o si hay piezas o partes del juguete que se pueden desprender con facilidad.

Otro criterio de compra interesante, pensando en el mantenimiento, es optar por marcas que ofrecen servicio de repuesto de piezas. Lo podemos pedir al vendedor. Muchas editoriales de juegos de mesa lo hacen, siempre que tengan el juego en stock.

En lo relativo a los materiales, no todos son igual de interesantes en relación con la sostenibilidad. Si nos fijamos en la durabilidad y, por lo tanto, en el uso eficiente de los recursos y el ahorro de residuos, la madera es una buena opción. Es muy resistente y, con un buen mantenimiento, los juguetes pueden pasar de generación en generación, sobre todo si son piezas macizas. También hay juguetes y muñecas de plástico que pueden durar toda una vida o más, aunque algunos también son especialmente sensibles a golpes y pisotones. Algunas empresas del sector están ofreciendo juguetes de bioplástico, un material hecho a partir de vegetales. Si bien esta opción presenta ventajas ambientales respecto los plásticos, no siempre ofrecen la misma resistencia al paso del tiempo.

2. Velar para que se haga un buen uso de ellas

Cada juguete está pensado para hacer de él un uso determinado, dentro de un abanico más o menos amplio, pero la imaginación de los pequeños no tiene límite. Algunas ideas pueden perjudicar el juguete, por ejemplo, hay algunas que se estropean con el contacto con el agua o el barro. Si detectamos que una criatura utiliza un juego de manera que puede deteriorarlo, podemos ofrecerle alternativas que le permitan experimentar lo mismo sin echar nada a perder. Por ejemplo, si está picando un mueble con una locomotora de tren, podemos proponerle hacer el mismo gesto con un tambor. O si tira piezas de un puzle, una pelota puede ser una buena alternativa.

3. Ordenar

Si cada juguete se recoge cuando se ha terminado de usar y se revisa que no le falte nada, evitamos pérdidas y que se mezclen las piezas. Una práctica útil con los rompecabezas es marcar cada caja con un número o letra y ponerlo en el reverso de cada pieza. Así, cuando encontramos una pieza debajo del sofá, podemos saber fácilmente de qué rompecabezas es y devolverlo a su caja.

El orden también es importante porque los juguetes en medio del paso quedan expuestas a pisotones que las pueden romper. En el momento de guardar el juguete en su sitio, si funciona con pilas, es necesario retirarlas y guardarlas para evitar que el líquido que contienen estropee el portapilas si se quedan mucho tiempo sin usar.

4. Limpiar

Un juguete sucio puede quedar como nuevo con una buena limpieza. Y un juguete limpio siempre inspira ser tratada con más cuidado que un juguete sucio. El tipo de limpieza más adecuado varía en función del material del juguete.

  • De madera y/o metal: Podemos lavarlos con un trapo con agua y jabón (o vinagre), enjuagarlas con otro trapo húmedo y secarlas con un trapo seco.
  • De ropa: Las etiquetas normalmente indican las especificaciones de lavado en función de los tejidos. Hay que secarlos bien, preferiblemente al sol.
  • De plástico: Los podemos limpiar con un trapo o cepillo con jabón o agua y vinagre y dejarlos secar bien.

El polvo y la suciedad pueden llegar a estropear los juguetes electrónicos. Si tienen rejillas de ventilación conviene sacarles el polvo con un pincel, que también sirve para mantener limpio el portapilas. Guardadas dentro de cajones o cajas, los juguetes quedan más protegidos del polvo.

5. Reparar

Muchos desperfectos habituales de los juguetes los podemos arreglar en casa. Ante un muñeco con un descosido, solo hay que encontrar el momento de coger hilo y aguja. Como antes lo hagamos, mejor, porque con el uso el agujero se hará más grande. Si hay un desgarrón, habrá que poner un parche, que podemos hacer con trozos de ropa vieja.

Las piezas de madera pueden perder los colores, pero quedaran como nuevas con una capa de pintura al agua. Si se ha roto alguna pieza, hemos de valorar el uso de la cola o la elaboración de una pieza de sustitución.

En el caso del plástico, si se ha roto alguna pieza que se pueda juntar bien, con una pequeña pistola de silicona o un poco de cola lo tenemos solucionado.

Con los juguetes electrónicos, cuando el problema es que se ha deteriorado el portapilas, solo hay que sustituirlo por el de otro juguete que no se pueda reparar o por uno de nuevo. Si el juguete no funciona, puede que se haya desenganchado algún cable de la placa madre.

En cualquier caso, si la reparación que nos hace falta nos supera, por falta de tiempo o habilidades, podemos buscar recursos en el exterior!

Talleres de reparación de juguetes

En muchas poblaciones se empieza a fomentar la reparación de juguetes para reducir el volumen de residuos, con talleres especializados o servicios para dotar las familias de los recursos necesarios para hacerlo en casa.

Espai Ambiental Cooperativa, por ejemplo, desarrolla desde hace dos años el proyecto La vida dels jocs i de les joguines. En tándem con el Hospital de les joguines, realizan talleres de reparación de juguetes tradicionales y electrónicos en Barcelona y otras poblaciones. En el web encontraréis el manifiesto del proyecto, el catálogo de actividades familiares con las que fomentan el consumo responsable de juguetes y muchas ideas sobre la prevención de residuos generados por juegos y juguetes.

En Barcelona, podéis acercaros al Millor que nou, donde os podrán ayudar en las reparaciones eléctricas o electrónicas que os sean más complicadas. En los Ateneos de Fabricación os podrán ayudar a hacer piezas nuevas con tecnología digital.

En resumen: elección responsable, uso cuidadoso, orden, limpieza y reparación. Todo ello para conseguir que los juguetes vuelvan a pasar de generación en generación, enlazando antiguos recuerdos con nuevas descubiertas.

Este artículo es posible gracias a personas que colaboran con OPCIONS

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