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Ropa con impacto positivo: ¿utopía o realidad?

En un mundo donde la compra rápida e impulsiva está al orden del día, nos preguntamos si repensar la producción y el consumo de ropa puede ser una oportunidad hacia un impacto (más) positivo en el planeta.

La industria de la moda tiene muchas caras, la mayoría de las cuales son desconocidas o quedan ocultas para el consumidor final. Detrás de los tejanos desgastados, la camiseta de tres euros o la mochila deportiva, se esconden kilómetros de distancia con el país de fabricación, graves episodios de contaminación y vulneraciones de derechos laborales.

En este artículo compartiremos algunos datos para contextualizar la fast fashion, varias marcas que trabajan para el cambio de paradigma e iniciativas que luchan para un consumo de ropa más justo y sostenible.

El término fast fashion o moda rápida hace referencia a un fenómeno de producción y consumo de ropa masivo, que se traduce en fabricación de ropa de baja calidad para garantizar un precio bajo. Sin embargo, este modelo de producción es sinónimo de precarización y contaminación.

La producción de ropa contamina

De acuerdo con la BBC,15 millones de ropa usada llegan a Ghana cada semana. Las marcas de moda producen en exceso para satisfacer la demanda de las tendencias modernas y los países de África Occidental se ahogan bajo el peso de los residuos que llegan, cada semana, a sus costas y vertederos desbordados. En esta misma línea, la BBC asegura que los consumidores occidentales “compran un 60% más de ropa que hace 15 años” y que países como Ghana tienen que hacer frente a estas dinámicas.

Chimenea expulsando humo. Autor: Markus Distelrath

En el caso de Ghana, las fibras sintéticas acaban, en muchos casos, en el mar, convirtiéndose en un peligro en muchos sentidos. Se ven comprometidos los peces y diferentes especies marinas, así como la costa, el paisaje y la población.

Chile es otro ejemple de este consumismo textil. Como explica TV3, de las 59.000 toneladas de ropa que llegan al país para ser vendidas como piezas de segunda mano, 39.000 toneladas de residuos textiles no se llegan a vender y acaban tiradas a los vertederos del desierto de Atacama, convirtiéndolo en “un cementerio de ropa”.

Impacto en cifras

Desde el programa ONU Medio Ambiente, consideran que si se promoviera un cambio en las formas de consumo poniendo el foco en el mejor cuidado de la ropa y los programas de reciclaje y devolución, se podría reducir el impacto de la industria textil en el medio ambiente. Además, creen que solo duplicando el tiempo que nos ponemos cada prenda de ropa, podríamos reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero que produce la industria de la moda.

Algunos datos del informe, también de la ONU del 2019, sobre el costo medioambiental de la moda:

  • La producción de unos tejanos equivale al uso de 7.500 litros de agua.
  • Entre los años 2000 y 2014, la industria textil dobló su producción.
  • El sector textil utiliza 93.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan 5 millones de personas.
  • La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a escala global.
  • La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de efecto invernadero.
  • Cada segundo se entierra o crema una cantidad de textiles equivaliente a un camión de basura.

Condiciones laborales low cost

Según el informe ‘Ponemos la justicia de moda’, las trabajadoras de la industria textil reciben “salarios de miseria” y a menudo tienen que trabajar en fábricas que no tienen medidas de seguridad mínimas. Además, según el informe, “es muy habitual que a las mujeres no se los concedan permisos de maternidad, no las dejen sindicar o que sus superiores masculinos las asedien y que la violencia de género forme parte de su rutina diaria”. En esta línea, el documento apunta que el modelo de negocio de la ropa rápida y barata se basa en “la explotación y los abusos sistemáticos”, así como en la discriminación de género. La carencia de transparencia y rendición de cuentas por parte de las marcas hace que todo ello sea difícil de denunciar o visibilizar. Campañas recientes como la que denunciaba las condiciones de las trabajadoras de Shein han ayudado a viralizar vulneraciones de derechos y a poner el foco sobre quien consume, pero, sobre todo, sobre quien produce y cómo.

La producción de tejanos necesita mucha agua. Autora: Maude Frédérique Lavoie

Y qué podemos hacer por no consumir estas marcas ni formar parte de la moda rápida y la vulneración de derechos laborales de la industria textil? Apostamos por alternativas ya existentes y con conciencia! Como dice el divulgador y consultor en nueva cultura del consumo, Toni Lodeiro, “la energía dedicada a fortalecer alternativas colectivas y a promover cambios estructurales es mucho más eficiente que la dedicada al perfeccionamiento de nuestros hábitos personales”.

No olvidamos Rana Plaza. Hace 10 años del derrumbamiento del Rana Plaza, el edificio con 5 fábricas textiles en Bangladesh, que dejó 1.138 persones muertas y centenares de heridas. Un edificio donde miles de personas, especialmente mujeres, confeccionaban ropa para marcas norteamericanas y europeas. Todavía quedan muchas firmas de moda para acogerse a acuerdos que eviten en un futuro desastres como el de Rana Plaza.

Marcas de ropa locales: la alternativa

Echemos un vistazo a diferentes marcas de ropa que velan por un mundo sostenible, unas condiciones laborales dignas y un consumo consciente.

Cusart

Marca de ropa y accesorios fabricados de forma artesanal, sostenible y con tejidos km0. Nacida en los Pirineos, es un ejemplo que se pueden producir camisetas, sudaderas y pantalones con conciencia por un mundo mejor sin renunciar a patrones y diseños bonitos.

Dona Kolors

Firma de ropa y complementos nacida para ofrecer una oportunidad laboral y económica a mujeres en situación de exclusión social. De hecho, es una iniciativa de El Lloc de la Dona (Oblates Barcelona) y los productos de esta marca se diseñan y confeccionan en un taller de Barcelona. Camisas, pantalones y trajes originales y sostenibles.

Metzineres

Cooperativa sin ánimo de lucro con sede en Barcelona que crea entornos de cobijo para mujeres que usan drogas y sobreviven a múltiples situaciones de vulnerabilidad y violencia. Una de las acciones que llevan a cabo es la producción de merchandising contra el estigma. Una línea de camisetas y bolsas de tela con mensajes reivindicativos para sensibilizar sobre las sobredosis o el uso de sustancias psicoactivas, todo desde la mirada del feminismo interseccional y la no prohibición del consumo de drogas. Sin duda, una apuesta interesante y comprometida.

Diambaar

Es una marca de ropa urbana con teles africanas creada y producida artesanalmente en Barcelona por la cooperativa Diomcoop, que promueve la economía social y solidaria en todos los ámbitos. Las telas se compran en África y las piezas son confeccionadas al taller de Barcelona, ofreciendo un trato justo a los proveedores y garantizando el cuidado de las personas y procesos de producción. ¡Sus sudaderas originales seguro que marcan la diferencia a tu armario!

Creadoness

Marca ética de moda sostenible que nace con la misión de crear oportunidades sociales y laborales a mujeres en situación de vulnerabilidad dentro del sector textil y basadas en valores feministas, comunitarios y de Economía Social y Solidaria. Sus mochilas, bolsas y riñoneras tienen unos diseños únicos y alegres.

Carlota Rodríguez

Marca de ropa sostenible, ética, local y de proximidad. Bajo el nombre de su creadora, los jerséis, faldas o alforjas de Carlota Rodríguez son sinónimo de Olot y de artesanía. La confeccionista garrotxina trabaja de forma pausada, se muestra cercana con los vecinos y vecinas y usa solo el algodón que necesita, que compra en València. También forma parte de La iera, la Asociación de Creadores de La Garrotxa.

Ven y cógelo

Estilo transformado en tejidos de punto, confortables y fáciles de lavar. El diseño de Ven y cógelo está inspirado en la pintura, de aquí la importancia del color y las texturas. La marca trabaja por el consumo de proximidad y responsable, unificando el diseño con la artesanía.

¿Dónde encontrar esta y otras marcas?

Ahora que ya sabes que la industria de la moda rápida y barata tiene consecuencias en el ámbito laboral y medioambiental, y que existen alternativas para vestir cada cual con su estilo de forma sostenible y ética, presentamos algunos lugares donde encontrar marcas responsables y que apuestan por el consumo consciente.

Pam a Pam

Mapa colaborativo de la Economía Social y Solidaria (ESS) en Cataluña. Una herramienta colectiva que contribuye a la transformación social para superar la lógica capitalista. Pam a Pam es un directorio de referencia en el que se visibilizan y fomentan las prácticas de la economía solidaria a través del activismo, la formación y la práctica del consumo responsable. Encontrarás un mapa con todas las iniciativas, personas y colectivos que forman parte de la comunidad y una agenda de actividades enmarcada en los valores del ESS. Además, dentro del directorio se pueden filtrar los sectores y, dentro de textil, encontrarás muchas de las marcas antes mencionadas así como otros en todo el territorio.

La Zona

Es el mercado digital de la Economía Social y Solidaria que permite a particulares, organizaciones, empresas y administraciones públicas consumir de manera consciente y responsable. Impulsado por Opcions, el mercado de La Zona se sustenta en los valores de proximidad, sostenibilidad, respeto, activismo y apoyo mutuo. En La Zona hay servicios y productos, entre los cuales destaca la gran oferta de ropa y artículos textiles, todo de marcas que apuestan por un consumo consciente y una producción responsable. Encontrarás jerséis, camisetas, pañales de ropa, abrigos, bolsas, chalecos, blusas, neceseres y un largo etcétera de productos pensados y hechos con el objetivo de hacer el cambio hacia una moda sostenible y ética.

Tiendas físicas

Comprar por Internet de forma consciente y en las plataformas adecuadas que reparten con mensajería sostenible puede ser una manera de no desplazarse hasta centros comerciales y evitar grandes cadenas, pero visitar las tiendas de las marcas que apuestan por una moda responsable también puede ser divertido.

Taller textil con patrones y prendas acabadas. Autora: Ksenia Chernaya

Sort, Olot, Cardedeu, Barcelona o Lleida son algunas de las ciudades donde encontrarás productoras, diseñadoras, confeccionistas y cosedoras con ganas de explicar sus proyectos y artículos. Además, a menudo se las puede encontrar en ferias y mercados de artesanía o de la economía social y solidaria, y también en tiendas emergentes o temporales conocidas como pop-up stores.

Tiendas y mercados de 2ª mano

Además de informarnos de dónde viene la ropa que compramos o quién la ha fabricado y en qué condiciones, una de las alternativas más eficaces y en auge desde hace años es el consumo de segunda mano. Siguiendo una de las clavas del consumo consciente y los principios de la economía circular, la adquisición de bienes de segunda mano es clave para reducir la producción, la contaminación y la acumulación de residuos.

Dos de los referentes en tiendas de ropa y complementos de segunda mano son Solidança y Roba Amiga. De forma conjunta trabajan por la recogida selectiva de ropa usada y la revaloran a través de la reutilización y un modelo de negocio que fomenta la integración de personas. Además, Solidança acaba de impulsar Circular, un nuevo concepto de tienda en el centro de Barcelona que se incorpora en la red de tiendas Solidança/Ropa Amiga y que está enfocada a la venta de productos de segunda mano con valor social especializada en la moda vintage.

No podemos olvidar Engrunes, una fundación sin ánimo de lucro que también apuesta para minimizar residuos y que, gracias a todo el proceso de recogida, triaje y venta de segunda mano, genera nuevos puestos de trabajo para las personas de exclusión sociolaboral.

Finalmente, tenemos que destacar el gran número de mercados de segunda mano, como los Flea Market y el Fleadonia, que se celebran mensualmente en Barcelona, las ferias de “brocanters” en todo Cataluña, que a menudo ya incluyen también moda, y encuentros de intercambio como las de “Renova la teva roba”.

Repensar la compra y uso de la ropa

Así, a pesar de que apostamos por acciones individuales, hacer correr la voz sobre las alternativas existentes y participar de forma colectiva puede ser también una buena manera de generar cambios. ¿Quién trabaja para un consumo consciente y un comercio justo? ¡Repasamos algunas iniciativas!

LaCoordi

La Coordinadora por el Comercio Just y las Finanzas Éticas es una entidad formada por Alternativa3, FETS, Oxfam Intermón, SETEM y la Xarxa d’Economia Solidària. Nació con el objetivo de articular el comercio justo y las finanzas éticas en Cataluña y se enmarca en los valores de la Economía Solidaria. Denuncia injusticias y vulneraciones de derechos humanos en las cadenas de suministro y en las relaciones comerciales Norte-Sur. También trabaja para reforzar las alternativas económicas que tenemos al alcance como mecanismos de cambio social y económico.

Los tres ejes principales de acción de LaCoordi son la incidencia política, la sensibilización para hacer visibles las alternativas y facilitar que la ciudadanía practique el consumo responsable, y la articulación de prácticas transformadoras entre entidades locales e internacionales.

Campaña Who made my fabric?

Impulsada per Fashion Revolution, esta campaña quiere señalar quién fabrica la fast fashion y lo contrapone con quién hay detrás de las marcas sostenibles y responsables. Cómo se ha explicado antes, las cadenas de suministro de la moda son notoriamente opacas, y esto puede dar lugar a que prosperen las condiciones de explotación laboral al mismo tiempo que se oculta quién tiene la responsabilidad y el poder de corregirlas.

 

Desde Fashion Revolution se hace un llamamiento a la ciudadanía para que exija una mayor transparencia a las marcas preguntando #WhoMadeMyFabric? (¿Quién ha hecho mi ropa?). También piden a los productores que digan #IMadeYourFabric (Yo he hecho tu ropa), para conectar más estrechamente las personas que producen los tejidos y las materias primas que vistamos.

Campaña Ropa Limpia

La Clean Clothes Campaign es una red internacional de ONG, sindicatos y organizaciones de personas consumidoras que tiene el objetivo de mejorar las condiciones de las personas trabajadoras de la industria global de la confección. En España, SETEM coordina la Campaña Ropa Limpia. Esta exige a las empresas transnacionales de moda y material deportivo que se responsabilicen de las condiciones de las trabajadoras que confeccionen la ropa.

Recuerda los principios del consumo consciente

Después de haber leído sobre las alternativas existentes y haber conocido marcas de ropa éticas y sostenibles, no está de más recordar cómo podemos aplicar los principios del consumo consciente en el día a día. Si se trata de satisfacer nuestras necesidades teniendo en cuenta las consecuencias de nuestras decisiones, esto quiere decir que no nos escapamos de reflexionar sobre la autenticidad de las necesidades. ¿Necesitamos esos pantalones que tanto nos gustan?

Vídeo de Las tres claves del consumo consciente.

También implica informarnos de las opciones que tenemos y escoger aquellas que contribuyen a la justicia, al bienestar social y personal y que tienen menos impacto ambiental. ¿Sabemos dónde se han fabricado estos zapatos y bajo qué condiciones laborales? ¿Se le puede dar una segunda vida a aquella chaqueta olvidada al fondo del armario? Así, antes de comprar ropa, a partir de ahora, proponemos pensar primero en las tres claves del consumo consciente:

  • Consumir menos (siempre que sea posible)
  • Consumir sin comprar
  • Comprar con criterio

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